Cuento, cuentas, contamos... todo habla: octubre 2007

Es difícil definir exactamente cuando fue que inició el movimiento ambientalista no gubernamental organizado en Costa Rica, sin embargo se puede tomar como referencia el año 1962, ya que fue cuando el movimiento fue debidamente inscrito en el Registro de Asociaciones.
En orden cronológico se tiene la aparición de las siguientes organizaciones:

1962: Centro Científico Tropical (CCT)
1963: Organización para Estudios Tropicales (OET)
1972: Asociación Costarricense para la Conservación de la Naturaleza (ASCONA)
1982: Fundación de Parques Nacionales.
1984: Fundación de Educación Ambiental.
1985 Fundación Neotrópica, Asociación Preservacionista de Flora y Fauna Silvestre (APREFLOFAS)
1988: Asociación Ecologista Costarricense (AECO)

Existen muchas otras asociaciones, fundaciones y comités, pero resulta dificultoso enumerarlas a todas. Sin embargo es importante aclarar que cada día aumenta el número de costarricenses que desean participar en dichas agrupaciones conservacionistas.

Todos estos grupos son bastante heterogéneos y se dedican a diferentes actividades como la investigación, consultorías, captación de recursos, educación ambiental, etc.

ASCONA, fue la primera organización que se creó, dedicada formalmente a la educación ambiental, la fiscalización, y la denuncia pública sobre los aspectos ambientales. Pero para marzo de 1985 un pequeño grupo que estaban a favor del oleoducto en Costa Rica, le planteó un juicio, y esta organización quedó disuelta.

En Costa Rica se han dado avances en materia de conservación ambiental, y los grupos ambientalistas no gubernamentales han jugado un papel muy significativo.

Algunas de esas importantes luchas ambientalistas han sido libradas no necesariamente por organizaciones especializadas sino por estudiantes y comunidades que se han organizado en contra de proyectos y actividades que consideran dañinas para el país. En muchos de los casos, no ha sido la conciencia ambientalista la que se moviliza, sino más bien intereses políticos o económicos que se enmascaran con la filosofía del ambientalismo.

En el año 1993, se da uno de los movimientos ambientalistas con mayor incidencia en el país cuando la Asociación Ecologista AECO, denuncia la construcción del muelle astillero para la elaboración de la pulpa de papel en el Golfo Dulce en la Península de Osa por parte de una empresa transnacional. A raíz de la denuncia de AECO se promueve una fuerte campaña de concientización popular en las comunidades cercanas a través de foros, charlas y otros medios de educación ambiental y se logra consolidar la primera campaña con apoyo político y reconocimiento internacional. En septiembre llega el barco de la GREENPEACE a la zona y en octubre se logra detener la construcción del muelle. En ese mismo año, en el mes de diciembre, mueren incendiados tres de los principales dirigentes del movimiento ecologista y miembros de la Asociación Ecologista (AECO): Oscar Fallas, María del Mar y Jaime Bustamante. Unos meses después se conoce también de la muerte de otro ecologista.

Estos hechos, nunca antes vistos en éste país, son una muestra de que el movimiento ecologista ha significaba una amenaza al modelo de desarrollo impulsado por el gobierno y las grandes empresas transnacionales y que llegó al extremo de eliminar a aquellos dirigentes que atentaban contra los intereses políticos y económicos de los sectores que impulsaban dicho modelo sin tomar en cuenta el deterioro ambiental. Sin embargo, también es muestra de que las personas no estamos dispuestas a avandonar al ambiente frente a los que se quieran adueñar de sus riquezas ;o)

Agradecimiento especial a Grace García, funcionaria de la Fundación Amigos de la Tierra, por la información brindada con respecto a la historia del movimiento ecologista en Costa Rica.